En mitad de esta vorágine literaria en la que me encuentro, entiéndase: promoción de «Lía, aquí y ahora», edición de «Lía, ahora y siempre» y recién puesta la palabra fin a mi última historia ( Alberto y Oliva os voy a echar de menos). Mis amigas, las musas, que cuando quieren son muy puñeteras, no dejan de visitarme, cada noche.
Y yo, que estoy intentado disfrutar de mi nueva aventura, tratando de ir paso a paso, recreándome en el camino, con prudencia y ante todo, con mucha calma, pues me debato entre ignorarlas o abrir ya un nuevo documento word para empezar a dar forma a todo lo que me chivan por la noche, a deshoras, fugaces y algunas veces esquivas.
Yo entiendo la vida por momentos y está claro que mi momento es ahora, no sé lo que durará, ni si dará los frutos deseados, lo único que tengo claro es que tengo que aprovecharlo, así que, aunque me he estado resistiendo, hoy será un buen día para empezar de nuevo a imaginar.
Gala, Marc y Samuel serán mis próximos protagonistas y en los próximos meses ocuparán buena parte de mi cabeza. El resto del tiempo también tendré que vivir, pero si al final la historia os engancha, tanto como la primera, habrá merecido la pena.
Benditas musas, olvidad lo de puñeteras, os lo he dicho desde el cariño, no os olvidéis de mí.